Esta semana que hemos celebrado el día de la vida consagrada, las comunidades de vida religiosa de Benicarló (las Hermanas de La Consolación y los Hermanos y Asociados de la Salle celebramos la Eucaristía en la parroquia del Cristo del Mar.
El sábado por la tarde, tras un momento de presentación de las comunidades, compartimos una oración por videoconferencia para dar gracias por nuestra vocación. Ambas comunidades compartimos la misión por la educación.
Comenzamos recordando a los religiosos y religiosas que nos han dejado por el Covid-19 y que ya están junto al Padre.
Como motivación recordamos varios mensajes recibidos y entre ellos destacamos los del Papa Francisco que nos invita a no ser solistas
«El Señor no nos llama a ser solistas -hay muchos en la Iglesia, lo sabemos-, no, no nos llama a ser solistas, sino a formar parte de un coro, que a veces desafina»
Y con los otros mensajes recordamos el valor de la fraternidad y la riqueza que encierran nuestras comunidades aunque, ya tengan mucha edad: la fraternidad, la entrega,… ahí están como testimonio, nos acordamos de la figura de Simeón y, como todos nosotros hemos de ser esa luz y esperanza que Simeón contemplo con sus ojos compartiendo una pregunta que podemos ver en la imagen:
Estas son algunas de las respuestas que allí compartimos
- Siendo buena noticia
- Siendo pacientes y esperanzados desde la escucha a todos
- No ser pesimistas sino optimistas
- Atendiendo a las nuevas pobrezas, haciendo las obras de misericordia
- Siendo y viviendo la cordialidad
- Siendo comunidad que imita los valores y la Palabra de Jesús
- Siendo iglesia en salida, saliendo de nosotros, de nuestra zona de confort.
- Dar a Dios
- Estando al servicio de la sociedad
- …
Terminamos la oración con un Padrenuestro, que nos ayude a hacer realidad lo compartido.