Durante la Semana Santa los Hermanos que habitamos en la “Cuarta planta” del Colegio La Salle de Paterna hemos estado en casa siguiendo unos Ejercicios Espirituales que nos ha dado Teresa Gil, teresiana. Muy interesantes.
He aprovechado para repasar la lectura de un libro de Paulinas escrito por Paolo Scquizzato que se titula: “PADRE NUESTRO que estás en el INFIERNO” me ha gustado y trato de ofrecer alguna idea de reflexión.
Si os sirven aquí están.
¿Y si Dios mezclándose en la aventura humana, se hubiera trasladado del cielo al Infierno?
¿Y si para encontrarlo no fuera necesario mirar al cielo, sino dentro, en la parte más sucia e indecente de nosotros?
¿Y si el pecado no fuera lo que condena a la criatura a una irremediable lejanía de Dios, sino el único “lugar” para vivir el encuentro con Él? Desojando el Evangelio. Nos surge una pregunta:
¿ Y si fuese así’?
En la reflexión personal de muchos cristianos está todavía presente un concepto de Dios no evangélico, es decir, que no proviene de cuanto ha sido revelado verdaderamente por Jesús, sino que es una idea completamente personal, extraída de quien sabe qué legados catequéticos e interpretada a través de algunas terribles imágenes del Antiguo Testamento.
Es una invitación para purificar el propio concepto de Dios a la luz del Evangelio. (Resumen que hace el autor en el reverso del libro)
“El Dios revelado por Jesús es solo don, capacidad de don. Y cuando el don es rechazado, entonces Dios se manifiesta como perdón, o bien hiperdon, don que supera el rechazo; capacidad de don incluso ante cualquier rechazo que asumirá las semblanzas de la muerte, y un don que supera la muerte es la revelación máxima de Dios. Aquí se revela la única omnipotencia de Dios.” (Pág.19)
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¿Dónde está Dios? Siempre donde es necesario cuidar a “sus” hijos. Dios siempre está donde se le necesita para que su voluntad sea una realidad. ¡Claro que a veces no es la misma que queremos nosotros!
“No se haga mi voluntad sino la tuya” decía Jesús en el huerto
Dios es Dios, sin apellidos; es Padre-Dios, sin más. ¿Y qué debe hacer un Padre? ¡¡Cuidar de sus hijos!!
“Id y haced discípulos de todas las naciones, bautizadlos para vincularlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y enseñadles a guardar todo lo que os mandé; mirad que yo estoy con vosotros cada día, hasta el fin del mundo.”
Mt.23, 19-20:
En la pandemia también está Dios, como Padre cuidando a sus hijos, nosotros
Ten fe y notarás que te ayuda en tu vida.
Como dice J.B. de la Salle: “Viva Jesús en nuestros corazones: Por siempre”.
Paterna, abril de 2021.
Hno. Félix Benedico