Veo en la foto, tres niños que están disfrutando en un riachuelo. Dos niños y una niña. Tres hijos de Dios. Tres seres a los que el Abba ha dado la vida y los ha lanzado al mundo para que vivan, gocen la vida y sean felices. No los ha dejado abandonados, sino que les ha dado unos padres, unas personas que les vayan enseñando a vivir.
Les ha dado unos profesores que les enseñen qué es la vida.
Durante su infancia todos han sido felices, pero llegan unos momentos en que todo el mundo le exige responsabilidad.
Ya eres mayor eres responsable.
Y entonces surge una pregunta: ¿qué hago en la vida? ¿qué hacer?
Y Jesús al nacer se encontró con estos problemas: Venía a salvar a los Hombres y no tiene dónde nacer.
Jesús va a nacer en una familia buena, joven, decidida: María es una joven abierta a Dios, Hágase en mi lo que me has dicho porque yo soy la esclava del Abba.
José con una aptitud orante acepta las decisiones del Padre y acepta a María como esposa y juntos encuentran un lugar que reciba al Dios-Creador: a Jesús Niño.
Todo esto nos hace pensar en nuestra actitud ante los planes del Abba: ¿Cómo aceptamos lo que Dios quiere de nosotros?
Abba nos ha trazado los senderos de nuestra vida con mucho amor, con mucho cariño y en medio nos suceden imprevistos, que Él ya tenía previstos, pero nos desequilibran, nos hacen dudar… Y él, sin que nos demos cuenta nos los va solucionando…y digo yo:
¡¡¡cuánto amor se descubre en nuestra vida!!!
En estos días de ruido y bulla,
¿qué lugar ocupa Dios? ¿Acogemos al Niño?
¿Cómo tratamos al que viene de fuera?
Pont d’Inca diciembre 2022
Hno. Félix Tomás Benedico