Era una tarde de octubre, tranquila, sosegada…Sentado en un cómodo sillón de jardín contemplaba la estatua de san Juan Bautista de la Salle mientas observaba las vueltas y revueltas de los patos. El libro de Arturo Pérez Reverte:”Línea de fuego” reposaba sobre la maceta en la que tenía apoyados mis pies: “soñaba ensimismado en el relajante ambiente…El silencio se podía mascar, era absoluto.
Estaba absorto, soñando…, cuando una mano suave, cariñosa se posó, en mi hombro, sobresaltándome…me dijo:
- ¡Qué!, ¿Recordando la vida?
- Pero Abbá, ¡qué susto me has dado! Estaba recordando, soñando en tu hijo Agustín… ¿Por qué, por qué, Abbá? ¡Si estaba amaneciendo a este mundo maravilloso que nos das! ¿Por qué nos lo has quitado?
–..¿Yoo?, pero niño, qué poco me conoces. Ha sido él que ha terminado su misión y vuelve a casa. ¡Ya había cumplido todo lo que vino a hacer en esta tierra!
–..Abbá, no entiendo nada. ¿Qué él lo había elegido antes? No, ¡no entiendo!
- No temas, hijo yo os amo, pero os necesito en mi “casa” para que seáis felices. ¡Sí, ya sé que no entendéis mis caminos pero es así! Vuestro “chip” es ese.
- Pero Abbá, ¡si es nuevo, si no conoce La Salle! ¿Te recuerdo?
Se iniciaron las clases. El barullo era magnífico en el patio. Había vida, futuro, ilusión… ¡cuánto sueño! ¡Cuánto proyecto! Y Tú, sonreías con amor… ¡lo necesito!…¡¡Y lo llamaste!!
… Pasaron unos días, pocos, rumores, sospechas,…
- Un alumno, se ha desmayado en el patio, es nuevo… ¡Ha caído redondo!
Alumnos, Profesores, Doctora Mª Ángeles, Dirección, Ambulancia, SAMU,…todo el mundo atendiendo a Agustín… Parece que respira, que vuelve… Se lo llevan al Hospital la Fe…lo ingresan en la UVI…
Los padres acuden. Están allí llenos de dolor, son un manojo de nervios, ¡es nuestro hijo, gritan!
(No es vuestro hijo, es “MI HIJO”. Os lo había prestado por un tiempo, dices, y ese tiempo se ha acabado, debe volver a mi Reino)
Los días pasan con lentitud, no se nota mejoría. Todo el mundo pregunta: ¿Cómo está Agustín? Los compañeros le visitan…
En el colegio se organizó una oración en la capilla para rezar por la salud de David, hubo un buen grupo de alumnos mayores, de profesores, de Hermanos…, en todas las misas de los Hermanos se recordó a “nuestro alumno Agustín”…
–..¿Recuerdas aquel libro que leíste? Creo que se titulaba “El día del relámpago”
–..Pero eso es una novela de un gran soñador J.J. Benítez.
–..¿Qué decía en algunas de sus páginas?
–..Bueno, si lo dices así, te lo cuento, Abbá. A vuela pluma y como lo recuerde, decía más o menos:
Los espíritus inmortales, limpios, amorosos, están reunidos en un gran salón y el Mensajero de Dios les dice que necesita uno para encarnarse en un cuerpo humano masculino (o femenino según el caso) que le pasará: esto, y esto, y eso, y aquello… Entonces, un espíritu lo elige; le borran todo lo que ha dicho el mensajero; Y comienza una vida humana en un feto al cual le sucederá todo a medida que vaya pasando el tiempo, cuando vaya creciendo, todo lo que él había elegido, edad, enfermedades, triunfos,…todo lo lleva en “su chip”.
- Pero Abbá, no creo que sea así…Y ¿la libertad?, ¿dónde queda la Libertad?
- Si fuera así, hijo mío ¿Acaso no habría elegido él hacer eso? ¿Lo que le sucede no es consecuencia de su primera elección?
- Entonces Abbá, ¿para qué rezar, si ya está decidido?
- Hijo mío, hijo mío…Y ¿si la respuesta de curación depende de que tú reces?, ¿cómo sabes tú, cuál era su elección previa?
- Abbá, te pregunto, pero ¿Es así? O más bien es otro cuento del novelista J.J. Benítez… Abbá, la vida es tan complicada con tantas situaciones que…
Durante todo el tiempo había un ambiente agradable, tibio,…pero de pronto noté frío, como una volada de gélido viento, me giré. No había nadie a mi espalda.
Entonces descubrí el libro de Arturo Pérez Reverte sobre la “Batalla del Ebro” que pensaba leer esa tarde junto al estanque disfrutando de los vuelos sobre el agua que hacían los patos.
Alcé los ojos al azul celeste y entre las nubes del cielo creí observar un tenue resplandor que se perdía en lontananza.
Me pregunto: ¿Es verdad que todo lo que nos sucede ya lo habíamos elegido antes de que naciéramos a esta vida? ¿Es verdad que ya habíamos elegido a nuestros padres y su manera de ser?
Aceptemos los eventos buenos o malos que nos acaecen, porque los habíamos elegido en nuestra primitiva vida…y como nos dice Jesús Dios: “somos inmortales tras pasar el sueño-puerta que lamamos muerte.
¡¡¡Hasta el Reino!!!
Pont d’Inca 24de octubre de 2022.
H. Félix Tomás Benedico Hernández f.s.c.