Es tradición entre las comunidades de La Salle realizar todos los años ejercicios espirituales durante la Semana Santa. Este año entre las numerosas ofertas presentadas por el Distrito ARLEP, un año más estaba el Centro La Salle de Liria.
Más de treinta Hermanos del sector lasaliano de Levante y Teruel optamos por esta oferta. Algunos más se unieron de Baleares y otros sectores del Distrito.
Aunque los asistentes acudimos con la actitud y consciencia de que estos días son un tiempo excelente para reajustar nuestras trayectorias, se nos recordaba que el encuentro y las circunstancias que lo configuraban era un tiempo oportuno para:
· La interiorización y apertura a la Palabra que debe iluminar el cuidado de nuestras personas y el seguimiento de Jesús.
· Hacer memoria agradecida de la llamada de Dios.
· Ayudarnos a revitalizar el proyecto personal como dinamizador de la vida de cada uno.
· Ser conscientes del protagonismo del Espíritu en nuestras vidas en el cuidado de nuestras vidas y en el seguimiento de Jesús
Además de las actitudes de cada uno de los asistentes, la persona encargada y facilitadora de que estos planteamientos cumpliesen sus objetivos ha sido el Hermano Ángel Menacho, de la comunidad de La Salle de Loja (Córdoba), con larga experiencia educativa y pastoral. La preparación, la exquisitez de los materiales elaborados y amena exposición del Hermano Ángel, pensamos, que han sido del agrado general de los asistentes por lo manifestado en la evaluación del encuentro. Muchas gracias Ángel.
Los momentos de oración de estos días los han preparado y animado distintos Hermanos y han facilitado que estos encuentros hayan resultado motivadores a la hora de compartirlos. Las significativas celebraciones de la Semana Santa han estado presididas por el sacerdote y antiguo alumno del colegio La Salle de Paterna don Jorge Miquel. Agradecemos su disponibilidad y motivaciones para la implicación de los asistentes en estas celebraciones.
Si motivador para el encuentro era la oportunidad señalada de orar, revisar y reajustar nuestras vidas a los objetivos y proyectos de nuestro estado de religioso, es interesante constar el clima de fraternal convivencia y alegría de poder compartir este alto en lo cotidiano con compañeros, hermanos, con los que tanto camino y proyectos llevamos recorridos.